Como en un sueño, Montmarte nos regalaba un tango. Y todo lo demás desapareció, sólo quedaba la música y nuestros cuerpos enlazados, como si fueran uno..el tango es un abrazo triste, como de quien no va a volver a verse y lo sabe.
Y ese fue nuestro último tango, en Paris, un frío día de febrero
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